Incluso después de nuestro primer encuentro y aunque a menudo nos comunicábamos por teléfono, nosotros decidimos continuar con nuestros correos. A los dos nos hacía tanta ilusión recibirlos como enviarlos y además así quedaba algo que algún día nos gustaría volver a leer y así recordar lo hermoso del comienzo de nuestra relación.

Una vez que los tuvimos impresos pensamos que, añadiendo algunos comentarios sobre nuestros encuentros y las impresiones derivadas de ellos, podían ser lo suficientemente interesantes como para plasmarlos en un libro y publicarlo. Fue por eso por lo que nos pusimos en contacto con CulBuks. Allí conocimos a Guiomar quien tras leer lo que le habíamos presentado nos animó a publicarlo puesto que el libro tenía los ingredientes suficientes para gustar a alguien más que a familiares y conocidos: tenía dramatismo —nuestras historias— ternura, —muchos de los correos— asimismo picaresca y humor; además de ser una historia real contada por los propios protagonistas. Desde aquí queremos agradecerle su preocupación y el interés mostrado tanto profesional como personal, puesto que su apoyo ha sido fundamental para ayudarnos a sacar adelante nuestro proyecto.

Así es como cargados de ilusión, animados por las opiniones de quienes poco a poco iban leyendo algunos de los escritos y tras duras horas de trabajo hemos conseguido que esta obra vea la luz.

Pero además, ha habido otra cosa que nos ha empujado a compartir nuestras vivencias y nuestros sentimientos con quien quiera leer este libro: animar a quien se encuentre en circunstancias parecidas a las que nosotros hemos vivido a no desesperar. A no desesperar y a pensar que por duros que hayan sido los golpes que la vida nos ha dado, siempre hay posibilidad de levantarse y siempre existe la esperanza de que una ventana se nos abra a la vida si levantamos la cabeza y miramos hacia adelante con los ojos abiertos para ver y el corazón para amar.

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